Lo bueno es que tras tanto
trajín, al final nos comimos un rico asadito en la terraza. Como verás el cielo estaba precioso y por fín refrescó un poco después de un día de un calor de locos... además la gata, que está en celo hace tres días y está montando un escándalo tremendo que me imagino se oirá por todo el edificio (especialmente por la noche, que no para), por fín se calmó un poco y tras unas caricias y unos masajitos que le hice, hasta durmió un rato... es lo bueno de esta casa en verano que a la noche realmente se resppirta.. y siempre se disfruta de los atardeceres...
Un beso enorme con todo mia amor...
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